Monday, February 22, 2010

Aquí pego un framgmento del capítulo VI de la novela en la que he estado jalando:

Tu boca, una sola boca que toca todos mis besos. Devora como si mis pechos se tratarán de dulces ciruelos, conmovidos por tus manos, que son dos ríos que se mueven suaves, por mi cabello.

Tu cuerpo, extensión de mis movimientos provocados por tu ansiosa felicidad.

Esto es gloria.

Dios ha bajado por mis piernas y nos ha mostrado el camino que todos alguna vez cuentan, que experimentan y sienten como el rico aliento de un cielo eterno que nadie quisiera interrumpir mientras el cuerpo vive y se engoma a las almas que se recuestan una con la otra.

Tocan a la puerta.

Somos como peces sobre la cama que pierden el movimiento y se quedan suspendidos en el agua, ante el golpeteo de una mano en la pecera.

— ¿Quién?, atraviesa un grito tuyo por la habitación hasta la puerta. Vuelve un repetitivo golpeteo y nos asustamos como peces que se mueven rápidamente hacia otro lado de la habitación.

Hemos abierto la puerta tomados de la mano y comenzamos a bailar.

1 comment:

María Montelongo said...

Esta nove, no es la que terminé, ya luego diré qué pedo, sorprise sorprise