Saturday, December 22, 2007

The same mistake
Escucho la misma voz dos veces, me levanto y es el teléfono. La contestadora se pone mal y empieza a recorrer tu voz: Isa, no voy a ir. Isa, no voy a ir… entro a la cama devastada, con el alma hecha trapo e intento dormir. Que no vengas es una señal, una señal de las muchas que me has mandado durante la semana. El mismo error, me di cuenta, es tener lágrimas en los ojos, la voz sin intensidad para hablar y el temblor en el pecho cuando acabo llorando. Mentalmente ya no te quiero, impulsivamente permanezco atada a ti. Soy una persona muy racional, y espero el momento para decírtelo dos veces… Me voy, me cansé de esperarte.
Siento una taza de hielo en el vientre. Son las entrañas que se mueren. Son las entrañas que se remueven y se quieren aventar a la muerte. Tantos años que me ha costado tenerlas dentro, refundidas con hot cakes, abrazos, amores y besos y éstas que se quieren morir. No hay derecho señor cerebro, no hay calma en el corazón. Si yo digo que se avienten, total, las levantamos y las volvemos a meter.