Wednesday, October 04, 2006

Y como clásico vatillo regio ya no me gusta hablar por msn, prefiero ver a las personas.
¿Será que uno atontece con los años o con la práctica de parecer y luego hacerse tonto?
No he leído en mucho tiempo, no he dormido bien en mucho tiempo, mi placer se ha convertido en tener dinero. Hasta me he olvidado de sacar la agenda de “amantes” y es que sin ofender, pero los regiomontanos me quitan el apetito, la libido la tengo más abajo que el suelo, los amigos, je, ni se digan, mejor no digo nada que luego se harían los ofendidos. De ellos, no sé cuáles son, prefiero preguntar quién es mi amigo, para creerle que ponerme a pensar o averiguar lo que siento. Estoy rapando a Monterrey, lo mantengo algo calvo, se me fugan sus canas y la posibilidades de nuevos hilos capilares. Se me muere aquí adentro, mi querido Monterrey, y es que su gente, yo, se aleja entre transcurre el tiempo. Laura vino de To, hace dos semanas y comprendió que ser extranjero, es serlo en propia tierra, regresó definitivamente a su tierra adoptiva, Toronto, Juan fue a Nueva Zelanda y fascinado me contó de sus lagos de infierno, yo, no salí de platicarle que me atoré en una alcantarilla del centro, en la avenida Juárez y que tengo la pezuña lastimada, estoy hecha un mole. Y sigo conociendo gente nueva, de la vieja, ni sé nada, no sé nada de Ana, de Martha, de Pedro, de Hernán, de Claudia, de y de, de. Será que atontezco con el tiempo o con la práctica de parecer y luego hacerme tonta. Será que el cloro de Monterrey me atontece que ya no logro saber de quién fui parte. ¿Será?