Saturday, September 24, 2011

1. No termino de mutar.
EL chiste de los sábados


El chiste de los sábados es levantarse tarde, vegetar hasta las 10 ó 12 del medio día. Pero ya una vez que he abierto los ojos, me resigno a bañarme y decorarme el rostro con rubor. Total, jamás me he sabido maquillar. Tengo las manos tan torpes como las de un mono.

Entré a estudiar los sábados. Se me hizo tarde como casi todos los sábados a los que he asistido. Iba a toda velocidad, cuando la mano de una compañera a las afueras de la puerta de la escuela, me detuvo ante una manifestación de maestros. Me gustan las manifestaciones y creo en los derechos de la cuota de pago que hice para ir a dormitar entre clases.

La Directora de la institución ya había gritado toda la baba de su rubor carmesí. Aún así, los maestros en huelga, no la dejaron pasar. El pedo es contra ella. No contra los estudiantes.

Mi cerebro estudia, después de mucho tiempo. Mi cerebro empieza a movilizarse, no como antes, pero al menos se mueve. Mi cerebro tiene que electrizarse como nunca lo he hecho. Soy regiomontana y tuve una educación pasiva. Me gusta que la gente hable, que acorrale con un proyecto trazado, por un beneficio justo, social, proactivo.

El chiste de los sábados, domingos, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, no es sólo respirar y escribir a lo pendejo (cosa que hago de diario y muy seguido), sino reaccionar a esta vida. El chiste de los sábados, me parece que ya no es dormitar.