Hoy no siento suertecita. Tengo sueño y me provoca un café y que me chiquen mucho. Ando chipil y abuelita. Pequeña, pequeñita de corazoncito hermoso. Así que me hablen suavecito, como si tuviera el cuerpo cubierto por pelo esponjoso y suave, que mi columna se arquee y me digan gato chiflado, hoy soy chica sin suerte, que me tengan en el regazo cariñándome como si fuera un lindo e inacabable terciopelo. Que me manden besos, me den abracitos y me hablen como un gato-humano, con decoro y buena intención. Porque hoy no me siento con suertecita.

Él la perdió en una noche de fiesta flamenca y ella con su poco español, ligo esa noche.
Regresaron en tren a Francia.
- eres una, perra, coges como perra.
El silencio de ella indispuesto
- ¿dónde aprendiste a coger con cualquiera, como una perra?
- Igual que tú, viendo películas porno.

A lo único que puedo expresar es ¡zaz! qué suerte de tener tele. Engañar al novio y que al final y al cabo extrañará que coges como perro, nada más anidando liendres.