Sunday, October 15, 2006

Y de la noche son, las cosas del amor, el corazón a media luz, siempre se entregará…
Monroy cariñó toda la noche, parte de la madrugada, se alzó diciendo que tengo movimientos felinos, jamás le he dicho que soy mañosa como gato, tal vez, lo notó porque no detuve su mano en el Eternity, tal vez, porque me dejé acorralar como Jmo, ante su capacidad protectora. Mininas de Monroy. Mininas juntas y compartiendo abrazos de gato. Griselda se durmió en mis caderas como toda gata experta en mantenerse equilibrada, Gris me esperó después que salí del Eternity y dejé a Monroy a Jmo, a Bety a Muppet y Gaby en un abrazo, salí para su casa, para no llorar, porque la mano de Monroy es lo que una siempre desea de la mano equivocada. Gris se acostumbro a que nosotros dormimos juntos, nos llama, nos maúlla, nos llena de ronroneos, el gato de Ponce, porque cuando está en el colchón, nosotros nos besamos más, nos miramos más, nos unimos más y dormimos mejor. Y despertamos recordando que el corazón se entrega por las noches y despertamos deseando que Gris nos una para entregarnos.
Y cuando se va la noche, despertamos abrazados en tu alcoba blanca, llenos de hambre, un jugo en el Leal y tacos de barbacoa que nos traen de nuevo a la pista de la vida real. Y dejo llorando a Gris, porque se acostumbró a nuestra vida de vez en vez, cuando se acuesta en mis caderas y tu mano es como la de Monroy, acariciándome como si fuera una garra de instinto de felina.