Tuesday, October 03, 2006

Simplemente le veo el lado positivo a la faringitis que me cargo, porque la voz raspa las palabras y se endurece al salir de mis labios, y te veo, ahí recostada diciéndote chingos de guarreces con mi voz aguardientosa. Con mi mirada en medio de tus piernas y mis voces, de a dos, diciéndote, amor, donde empieza la costura de tus excelsas piernas, empiezo yo. Siempre más fuerte que ampicilina de 500 miligramos mi lengua te habla, de a dos, una con la voz suave, norteña, chillona y chistosa; otra, con la voz enferma y ronca que sirva a tu imaginación para sobrepasar más allá de tus hedonistas piernas. Y que esta faringitis haga que tu clásico murmullo se vuelva un trozo de ladrido cuando pego mi voz entre tu entrepierna. Voz, voz, voz, voz, oz, oz, oz, o o o o ooooh.