Monday, November 07, 2005

ROCAMADOUR

Y algún día como la Maga le escribió a Rocamadour, algún día podré escribir una carta como una madre. Y ser como mi Argelín Bello. Feliz sean las madres, porque ellas llevan un amor tan distinto.

Mi Andrel Aquiles Gurguri, mi boquita de azúcar, mi bolita garampiñada. Te miro y me siento de azúcar, tan de granitos imperfectos, a veces con tu pureza me siento avergonzada, vuelvo y acaricio mi vientre, esperándote sin que estés aun aquí, anhelo tus ojitos y en cada lágrima los veo, en cada suspiro te oigo hablar con tus redondos cachetitos, y vuelo imaginando tus manitas de algodón, mi boquita de azúcar. Y te veo en Rocamadour, y te veo como la Maga a Rocamadour. Mi boquita de azúcar, mi ombligo, mi niño ombligo mío. Cuánto te quiero.
*Rayuela de Julio Córtazar cap. 32