Thursday, November 03, 2005

De besos y más besos

(no revelaré el nombre y el rostro de esos labios por respeto a lo chido que fue)
Desde niña me despertaba a media madrugada alzando los labios en forma de besos, tal vez era el extrañamiento de mi biberón, o simplemente, esa necesidad de dar besos. Esa belleza de cuatro labios renovándose, abrazándose con tierna, cálida, cabrona y hasta a veces cachonda calidez. Mi primer beso fue a los seis, el último hace un mes. Y ya la piel de mis labios se alarma con gotitas de sangre. Porque se me va la fuerza en las bocanadas de aire frío en ese mordisco de soledad. Soy como la principesa magenta que busca a su príncipe para despertarlo con un beso. Y eternizar la fuerza. Porque de besos y más besos viven los murciélagos.