Saturday, July 14, 2007

De los caprichos de mis dedos, puedo contar que en ellos dejo mi peso a la frase que dice que: “a los amigos los cuentas con los dedos de una mano”; a mis dedos les he hecho feliz comiendo con ellos, bacanales de chocolate y pures de papá; a mi dedos, les dejo la dicha de tocar tu rostro cuando te dibujo el amor que tengo, disfruto, debo y siento; a mis dedos les debo que oculten el mismo dolor una y otra vez; a mis dedos, el placer egocentrista; a mis dedos cuando veloces escriben; a mis dedos ahora les falto yo.
No sé como estoy, aunque este mal, no puedo pintarme un dedo.
Fuéramos como ardillas, jugando todo el tiempo, acercándonos a los humanos al principio con cierta desconfianza, pero con suficiente cariño para acercarnos. Quisiera ser una ardilla, siempre contenta en el juego.