Wednesday, February 27, 2008

¿Es el sexo la razón de nuestras vidas?
La evolución nos puso de pie, incluso nos hizo un cambio de posición vaginal (obvio al sexo femenino), en lugar de apuntar la vagina simiesca hacia atrás, lo hizo hacia abajo y adelante. Definitivamente la evolución nos ha hecho máquinas sexuales. La evolución también nos ha hecho elegir lo que más nos excita y nos gusta, tan así, que aparearnos cara a cara, nos provoca un miramiento donde se exige equidad, agregamos entonces algo especial al sexo, agregamos el romance, esa imaginación que nos puede provocar petit morte como le llaman los franceses al orgasmo. El hombre si actúa por detrás, es porque está registrado en su instinto que proviene del simio, donde encontraba la vagina femenina, para aparearse y trascender su ADN por detrás. Desde que el hombre se levanta en dos patas, o piernas, la vagina cambió de posición; pero no sólo la vagina, sino la idea del sexo.
¿Estamos siempre excitados?
Déjenme hablar por mí. Sí, todo el tiempo, es sólo que el cerebro lo controla.
Morro: Caí en las garras de Brenda hace dos días… me agarró cachondo…
Morra: tú siempre estás cachondo, morro, somos unos cochinos…
El sexo se da en la mente como miles de cosas que se dan en el homo sapiens, el sexo se refleja en los sentidos, en los impulsos, respondemos más a quien nos agrada visualmente, auditivamente, aromáticamente, táctilmente que a otro individuo que captamos inadecuado para la sobrevivencia.
Morra: ¿por qué te gusta Brenda?
Morro: porque está chida, y se enamora como yo en el acto y luego es adiós…
De un hombre ¿qué me gusta? Su pene, obviamente, su pene… cuando pienso sexosamente en un hombre, sólo puedo pensar en su pene. Si me agrada lo repito, supongo que son cosas de la procreación y sobrevivencia.
¿es el sexo la razón de nuestras vidas? Sí, nacimos del sexo, vivimos toda la vida con acto sexual y con un género sexual, el sexo nos procrea y nos hace insistir en ideas como el amor, la unión, la diversidad y toda clase de ellas, incluso en el dinero, el sexo mueve al mundo.