Monday, December 24, 2007


Tengo la mano en los huevos de alguien y espero que sea Navidad. Tengo la mano tan fría que podría arrancarle la herencia a cualquiera. Pincho el ratón y pongo la mano en las cosillas de alguien más, ja, “cosillas”, muy mal que lo he dicho. Tengo los ojos en mi trabajo y en lo que escribo, Señorita me cuesta un orgasmo, y un sentimiento de maldad medio dulzona. Tengo la boca ocupada, chupando una paleta morada. Tengo definida la regla de mis amantes, para una nueva selección. Tengo la panza llena y deseo ver más. Tengo el golpe de sexo de anoche, tengo la culpa, por no decidir. Tengo ideas isadóricas y ya me tengo que ir al trabajo. Feliz Navidad.
Este año no me escribió, ni me felicitó en mi cumple, este año fue el final. Este año vi sus ojos de tan cerca, que me impactó como siempre su aliento tibio y dulce, sabor a cerveza, este año yo ya no estoy atada. Este año para mí fue dejarlo a conciencia. A veces las despedidas son largas, a veces las despedidas ya no duelen y son así. En un segundo.
Los celos son algo que te ponen realmente loco. Crecen como maleza dentro del cable corazón-cerebro y encuentran los pensamientos más siniestros que, al menos yo, he tenido. No busco cortarle las verijas a alguien, como ciertas amigas han pensado; o bien, arrancarle el cabello a mi querido, mientras duerme; como cierta mujercilla llamada Dalila. Ella, muy famosa, por cierto; otra famosa, quien envenenó a sus propios hijos, porque el gandaya de Jasón se casó y no precisamente con ella, Medea, Medea. Mujeres poseídas con lo que dice mi querida A.B, la locura de Juno, el complejo de Juno por tratar de vengar el amor pisoteado que nos dan esos Zeus a los que amamos tanto. A mí me ha dado por recibir mensajes totalmente locos, a mí la intuición se me pone mal, sueño con una niña delgada, morena, y de cabello corto. Ella y yo. Yo me sueño, me veo intranquila y perturbada, yo me quiero y me controlo. Yo me sueño con él, con sus rizos hasta el hombro y su boca carnosa de niño mimado, yo me controlo lo celos, yo lo que me controlo es la infidelidad, y si ella está cerca, ¿dónde estoy yo? Que los celos se diluyan en mi ser, en mi espacio, que mi risa enamorada se busque lo que yo ya tengo. Que mi intuición me haga ganar la lotería y no una cabeza rota. Porque si la sueño a ella, ¿él será real?
En fin, los celos son partícipe para mí, de una ventana que se abre a mi intuición, no me gusta el don Junesco, ni tampoco andar cortando lazos, me agrada la intuición que se abre, que me come, me viola, me hunde sus largas manos. Pero me mantiene lo que lo quiero, y… o alguien ocupó tu salón, y se acuesta con tu mujer, lo peor es que disfruta más que en tu luna de miel…