Friday, November 25, 2011

1. Esta es la entrada 780 de mi blog. Y las cosas han tomado muchos rumbos.
2. Estoy emocionada y nerviosa. A veces tengo miedos y me pregunto si me dejaré acobardar por lo que viene.
3. En enero saldrá mi primera novela. A veces me preocupa que no se venda, otras, estoy tan agradecida con la vida que no puedo evitar llorar de felicidad, créanme que es una emoción muy grande todo lo que está pasando alrededor.
4. Veo los inicios de Adele, la cantante británica y en la parte de  un video subido en youtube, muestra los hermosos zapatos que se compró con su primer pago.
5. Yo tengo mi primer billete de cien pesos en el espejo de mi habitación. Carlos, un escultor de Querétaro me compró el primer libro donde salgo. Lo tengo ahí, en el espejo, porque quiero que siempre me recuerde, como lo hacen las fotografías de mis padres, que también las tengo en el espejo, eso, eso a lo que se llama luchar por un sueño.
6. Yo le pido a Dios que me permita salud para trabajar mucho, porque no sé hacer otra cosa, mas que trabajar como maestra y narrar.
7. Yo no soy intelectual, ni mucho menos, tampoco soy la mejor y la primera y última narradora del mundo, hay tantos narradores a los que admiro y quisiéra ser como ellos. Yo sólo quiero luchar.
8. Algún día enmarcaré mi primer billete que gané con la narrativa, algún día le agradeceré tanto a este mundo, a su naturaleza, a su respirar y latir por darme la oportunidad de escribir.
9. Algún día, espero llegar al corazón de un lector (a) y me encuentre ahí, en lo más íntimo de otro ser, algún día espero estar tan agradecida con la raza humana, porque es en la que yo encuentro un eco de sentirme vida.
10. Aquí dejo a Adele, tan hermosa, cumpliendo con la vida.

Tuesday, November 22, 2011


¿Te gusta viajar por el desierto?
Isadora Montelongo
(borrador)

─¿Te gusta viajar por el desierto?

Biny lanza su mirada azul hacia las piernas bronceadas de Janet, los vellos del brazo de la chica se levantan como las palmeras alrededor del desierto. El sol cae sobre la cabeza de los chicos y el deportivo rojo sin techo, les arroja a toda velocidad el aire seco del camino. Han pasado ya 3 kilómetros desde que salieron de su pueblo.

─¿Te gusta que te traiga a solas por la carretera?

Janet, muda, tiene la cabeza recargada sobre el hombro derecho de Biny. Los cabellos rubios de la chica son una revolución en las mejillas de él. El muchacho huele los cabellos de su ex novia humedecidos por la sal de la arena entre más kilómetros avanza hacia un lugar despoblado.

─¿No es maravillosa la puesta de sol?

Biny deja aún lado la mano sobre la palanca de cambios del auto y toca impulsivamente una pierna bronceada de la chica, el deportivo se estremece hacia un lado de la carretera cuando el atrevido joven desea ardorosamente sujetar la pierna de Janet. Han pasado ya 20 kilómetros lejos de casa. Biny regresa inmediatamente la mano a la palanca de cambios y endereza el volante que se ha ido a toda velocidad a punto de estrellarse contra una enorme roca a la orilla del camino.

─¿Esa estuvo cerca, cierto?

Biny sonríe con sus labios gruesos y barbilla partida, tratando de ver si Janet hace algún extraño movimiento. Janet sigue recargada sobre el hombro de Biny. Las mejillas de la chica han ganado color por el sol y los labios de la rubia comienzan a oscurecerse con la puesta de sol sobre su sangre. Biny ha corrido sobre el auto casi 50 kilómetros.

─¿Sabías que te he extrañado?

La chica no responde a ninguna de las preguntas de Biny y él sigue avanzando tan rápido sobre la carretera. Le falta poco para llegar a donde por primera vez lo hicieron en el deseiero. Las montañas comienzan a bañarse de dorados quilates y empiezan a abrirse en surcos sobre la tierra a medida que el chico avanza.

─¿Recuerdas la primera vez que venimos aquí?

El aire caliente y seco, comienza a envolverse con la fría oscuridad, los vellos de los brazos de Janet ya no parpadean con el brillo del sol y sus mejillas comienzan a despintarse con la noche.

─ ¿Recuerdas que me dijiste que te gustaría viajar por el desierto y ser solamente mi única y última mujer?

El desierto y la noche se comparten el aire que sacude las montañas y hace levantar hasta el último grano de arena de los enormes surcos de la tierra. Biny, después de 55 kilómetros entra por un camino hasta parar cerca de un desfiladero y enciende una melodía suave.

─¿Quieres bailar?

Biny sube el volumen del radio del auto y baja del deportivo rojo. Janet se queda sentada, recargada sobre el respaldo del asiento. Las estrellas le dan como balas directo a sus ojos oscuros y fijos como dos perros ante lo desconocido. Janet tiene la cara seria como una esfinge esculpida de piedra. El color de su piel se confunde con el reflejo de la luna y sus piernas bronceadas permanecen clavadas debajo del asiento.

─¿ Sabes por qué no habíamos venido desde que te casaste en el pueblo? ¿Sabes por qué me dejó de gustar bailar contigo, así cada noche? ¿Sabes por qué ya no te traje más a nuestro lugar especial? ¿Sabes por qué?

Janet no responde como en todo el camino. 55 kilómetros de arena se han hundido dentro de su pecho izquierdo como un objeto portador de alfileres.

─¿Sabes por qué? Porque te quiero, tanto, que no puedo resistir que cuando vuelva a mirar tus piernas, oler tus cabellos y poner mis manos sobre ti, tú ya seas mujer de otro.

Biny toma el cuerpo de Janet, recargado sobre el asiento delantero, el pesado cuerpo de la chica cae en sus brazos como un costal con arena. Él la carga hasta el desfiladero y le hace la última pregunta.

─¿Mi amor, te gusta viajar por el desierto?

Janet es absorbida por la profundidad del oscuro hueco de la tierra. Biny la ve partir entre el frío y la seca arena, sin vida, como cuando la vio caminar hacia en el altar en el pueblo, 55 kilómetros atrás. Biny le echa una última mirada con el resplandor de sus ojos azules y ve tranquilamente el rostro, las piernas y los rubios cabellos de Janet desaparecer en el lugar favorito de los dos.

Biny sube al deportivo rojo y se pierde para siempre en la noche del desierto.

Sunday, November 13, 2011

1. No he podido terminar los últimos dos cuentos del libro de la beca, jojo.
2. No he terminado los primeros dos capítulos de la crónica literaria y el trabajo sigue acumulándose como una fila de hormigas hambrientas de trozos de pan.
3. Hay mucha chamba y me gusta. Hay más y más chamba que se acumula: Boletas, exámenes, escuela, narrativa. Y la solución es poner manos a la obra, levantándome más temprano yea!! jeje.
4. La vida, me gusta la vida, Dios bendiga sus vidas.
5. Hoy le enseñé a mi prima adolescente a pintarse las uñas con papel periódico :D darse esos tiempos son como poseer un collar de perlas. Me gustan ese tipo de lujos. El tiempo es una joya que me impresiona siempre con su resplandor de diamante y su sombra nocturna. :D
6. Bonita semana para todos. Hay que trabajar contentinamente. ¡Yei! El trabajo, como dice la frase, hace al hombre (hombre y mujer)

Monday, November 07, 2011

1. Cuando conocí a Fer, era un completo pendejo.
2.Lo pendejo no se le ha quitado desde que lo conocí, pero yo he aprendido hoy de un pendejo más pendejo que yo. Gracias Fer por decirme: Paciencia.
3. El amor es paciencia. El arrebato es pasión.
4. Miente el corazón que niegue lo que siento. Yo también siento amor.

Sunday, November 06, 2011

Steven
(borrador)




Steven se para frente al espejo, ha arrojado por varias horas todo el vestuario de sus dos armarios que ocupan tres cuartas partes de salón de una recámara de lujo. Busca enardecidamente su prenda favorita. Se ríe incómodamente frente al espejo, ve cómo la piel se le ha holgado con los años y le hace surcos por todo el cuerpo. Steven es viejo. Él desnudo frente al espejo, ya no es el muchacho icónico y rockero que se para con un micrófono en mano y hace temblar a las chicas con su voz y las poses sexuales que en sus mejores tiempos lo llevaron a la fama.

Steven si saliera desnudo, ya no llenaría el escenario, ni los jeans que antes le quedaban apretados. Steven está jodido.

Él se ve al espejo, con un traje tras otro, hasta toparse con un pantalón de pinzas arrinconado en la esquina del armario: un pantalón beige, una camisa de cuadros rojos, unos tirantes y un chaleco tejido y grande, que su abuelo le dejó en su única herencia.

El hombre se mueve y baila desnudo, mete una pierna al pantalón beige, y deja la otra pierna huesuda fuera, se pone la camisa de cuadros rojos, hace una mueca de disgusto y termina por meter la pierna huesuda dentro del pantalón. El pantalón se resbala por su vientre hinchado y lleno de pliegues, se sube el pantalón beige con los tirantes que cruza por la parte de atrás y al terminar viste el chaleco tejido y grande. Steven se ve como su abuelo. Viejo, jodido, pero con dentadura grande y reluciente. Los años le han dado una golpiza repentina con ese atuendo. Él se mira frente al espejo y trata de bailar con la ropa que ha encontrado en el rincón del armario. Grita con su potente y sensual voz de rockero, nadie le mira, nadie le aplaude a un viejo que grita como si fuera el día de su muerte.

Steven sin un armario enorme, sin dinero y sin un grupo de rock, sería como un pantalón sin tirantes, igual que su abuelo muerto.

Steven se desviste y vuelve a verse desnudo frente al espejo, sonríe en la complicidad con el espejo, encuentra luego, su camiseta negra favorita con la Mona Lisa impresa al frente, sonríe como la Gioconda en la camiseta y se pone unos jeans rotos que ha dejado una de sus hijas en casa y se tapa el cuello con una bufanda. Steven se ve otro, sin la piel colgada y las arrugas de fuera. Steven está jodido, pero sigue siendo una estrella icónica del rock con un enorme guardarropa.






**12 de Noviembre/concierto de Aerosmith en Montehell.