Saturday, September 04, 2010

1. Mónico jamás me había torturado así. Tan bonito en el ensueño y tan rudamente cruel en la vigilia.
2. Yo sé que lo perdí, yo sé que vino ella, la única, yo sé que es eterna y se lo  llevará hasta que la muerte los separe, yo sé que se ha llevado a muchos y a tantos y no puedo hacer nada, yo sé que no soy nada ni nadie delante de ella. Yo sé que me mató cuando lo abrazó. Y aún así, le agradezco que viva feliz y se dedique a ella en cuerpo y alma.
3. Yo sé que me hizo pagar por no dedicarme también a ella. Porque fui rebelde y me ensayé en las letras, en donde me fui con grosera libertad.
4. La escritura me espera, me interpreta, me abraza, me quiere, aunque a veces me maltrata, me confronta, me para, establece y  me hace bien. Me ha levantado de la muerte, de la violencia, de las drogas y del mal amor que lame asperamente con cientos de lenguas de pequeños salvajes felinos.
5. Lo soñé. Un sueño lúcido. No quiero soñarle, porque al despertar, todo desgarra. Y qué pinche son las rolas norteñas, porque yo no quería alcohol y ahora quiero. Lo bueno es que no tengo dinero.

2 comments:

Ah Tukur said...

Hola, te escribo con una mezcla de asombro, nostalgia, entusiasmo, desconcierto. Es una tarde con sol aquí en esta ciudad monstruo, me encanta cómo escribes, tus temas, me cuesta trabajo entender, sentir, comprender, imaginarte acaso pronunciado, digitando tus letras, tus palabras, tus ideas al fin. ¿Qué pinche son las rolas norteñas?, todo depende, para mi han sido un biombo, una ventana, un algodón de azúcar, una estopa llena de grasa, de gasolina o petróleo, un puro gusto aprendido de mis padres, una necesidad malcubierta con acordeón y bajo sexto, la disfruto últimamente, luego te cuento por qué. Y qué bueno que no tengas para alcohol, las heridas sanan mejor con "isodine" (comercial aparte". Nos estamos escrileyendo.

María Montelongo said...

Primo, ya sabes, shhh con lo que te cotorreé ayer. Nada más acuérdate de la viejita del TItanic, oki.