Monday, January 22, 2007

Porque sigo siendo tu banco de sangre, mendigo chupacabras
Porque soy la hemorroide vuelta besos,
Vuélvete, vuélvete y vuélvete cuando te pregunten por mí.
Que te duela la cara de tantos aguijones, miradas fijas,
Que te echo.
Pene de mis ganas,
Huevos de mis calenturas,
Me divides,
Me emborracho
Besuqueo
Atrapo a vatos, vatillos y más bateados en mis brazos
Y sigo siendo pura sucursal de sangre
Mientras te dure el desprecio, la ley de hielo
Un solo huevo
Y mi carnet de doble AA
Yo te sigo queriendo, maldito chupacabras.

Ando herida y no me traje el chaleco anti balas. Buh

3 comments:

Antonio Lucio said...

No traes chaleco antibalas?. No importa...
Tal vez serían mas útil una ristra de ajos... ¿Quién sabe?. Yo no te veo muy cabra...

María Montelongo said...

Sabe, en estas cosas del coágulo sanguinolento, sólo lo que se sabe es que uno enamorándose ya se jodió y peor y más mugremente jodido si es mal correspondido, y es aquí cuando extraño Toronto y sus chicos cosmopolitas, de todos colores y sabores, changos, qué pinche triste, gracias, por los ánismo y permíteme decepcionarte, ya estoy bien cabreada, aunque no suela cabrearme, je

Antonio Lucio said...

Pues ando bien jodido, y doble-mugremente jodido... Solo hay que pensar que pudiera ser peor. No sé como, pero pudiera serlo... aunque enfermo, desempleado, jodido y mas jodido esta cabrón.... bueno, pudiera ser primavera.
Decepcionarme?, pues solo te sumas a muchos, a todos... toma número y haz fila...