Thursday, August 10, 2006

Estaba sentada en las escaleras del edificio de postgrado de mi Alma Mater, y había un cabello castaño, largo y creo que de alguna cabeza bien cuidada, al lado de un cigarrillo a medio terminar. En ese momento supe que mi personalidad juvenil era medio trágica, de esas que siempre sacaran la historia más patética de la noche y que chillaran con una carita de puchero muy mal actuado, por sólo un cabello y un cigarrillo a su lado. Pero, ahora, aunque con personalidad juvenil, ya después del cuarto de siglo es otro pedo, en fin, ese hígado retorcido en las mejillas y las abundantes lágrimas de alcohol, se han ido. La vida es muy chida, sencilla, tranquila, ecuánime si se sabe respirar, objetiva, subjetiva, racional, loca, de todo tiene o de pata pata muy rítmica como dice esta negrita Lucrecia al traer sus movimientos africanos (del sur) cada que mueve su caderón.
Explíco antes de tanto rollo, cuando estoy seria, no significa que me retuerza de dolor y me impida levantarme de la cama, creo que eso ya es depresión (be careful). En mi caso pasé una muy particular, donde pensaba como ya el Trovador urbano del Palomas dice: que morir borracho para no sentir tan gacho, ya lo he experimentado y de tal experiencia puedo recoger esa anécdota de la que Pity siempre se ríe: Estaba muriéndome después de dos litros de alcohol o un poquito más, una botella de tequila y otra de don Pedro que a la fecha no puedo ver, Caro vino, porque no contestaba el tel y eran mis épocas de suicida constante y compulsiva, vino a casa y lo que recuerdo es que me arrastró desde afuera, me quitó mis vasos y botellas y sin siquiera poder levantar la mirada con una cara entre hinchada y ojos de rejilla a medio vomitar sangre, le dije, ¡perra!, ¡perra! Con ese odio de borracho al ver las botellas viajan hacia el lavabo.
Bien me dijo el señor Mark precupándose por mi salud, Isadora, no sabes respirar, Mr. Mark me introdujo en el saber respirar sin decirme que me oigo desesperada, intranquila, triste, soberbia, falta de vida y depresiva. Mr, Mark, me dio mi primer clase de respiración y de vida, yo le di unas clases de salsa y español, de eso, he tomado eso, no compadezco a nadie que se compadezca así mismo, tal vez me faltan años de experiencia y práctica y aunque mi cultura no es oriental, porque sé que no puedo ayudar a quien chilla de sus carencias, me alejo, porque sé bien que le juzgaría y es una confrontación violenta que no me toca hacer. Así que antes de conocerme, respétame y si eres mi amigo, comienza por respetar mis ideas, actos, decisiones, mi vida. Para los que opinan sobre mí, sin pensar.
Isadora

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