Ayer que vi tus ojos, quise abrazarte muchísimo, siempre pienso que un abrazo acompaña el dolor y lo hace más suave. Y sentí mucho la pena que arrastras. Y te quiero abrazar mucho y en vez de eso, nos sonríes y das buena cara. Y aunque sé que te has matado trabajando, queriendo, sufriendo, dando y soñando. Yo ni siquiera sé abrazarte. Y eres trapecia en la vida. Y como dijo el abuelo, Mirta vale oro molido y ese viejo boca de rancho aguacatero desde su tumba aun tiene la razón. Y desde entonces... si comenzamos la historia, los jueves son del "golpe avisa".
Y lo siento por chocar la camioneta, por fracturar un poco tu columna, por rehacerte otro moretón en el dolor, preguntándote tanto.
Porque desde niñas fuimos así, tú echándome la culpa, yo desvaratando todo lo que toco. Juro, y juro que no vuelvo a chocar la camioneta y mira que no me llevé ningún moretón.
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