YO digo que fueron los celos de la casa. Me dolió ver la puerta de mi casa derribada por las tres y muy costosas patadas de un cerrajero de media noche. Hablé con el mejor amigo que tengo, mientras buscábamos a ese cerrajero karateca, mi papá, la neta al viejo lo quiero tanto y me conoce tan bien.
Papá sabe que no soy normal, me lo dijo, me dijo que soy una persona no normal. Yo le pregunté que si le importaba que no me casara, me dijo que no, que no le importaba, pero me dijo con su carilla tierna de gusanito, que la vida sola es muy difícil.
¿Papá crees que encuentre a alguien que se quede conmigo?
Papá me dijo que sí, si él o ella o eso estuvieran dispuestos/as.
Lo que más me agrada es que sabe que tengo posibilidades en cuanto a las parejas, no importa si es mujer, hombre, mortal, cosa, o inmortal.
Por ahora, sé que estoy destrozada emocionalmente, por ahora sé lo que es vivir muerta…
Pero siempre pasa… porque no soy normal, siempre tengo esa intensidad de vida que de repente sale en un abrir y cerrar de ojos y se queda por una década o dos, hasta que encuentro a alguien que este dispuesto/a…
Le dije quien estaba rondando sobre mis huesitos… la descripción fue: -Mira, es un chico normal, se pone nervioso cuando me ve, tiene un año tras de mí con esa carita que reconozco y que es tan fácil que mi mano entre y tome su corazón de un tajo… no lo hago, por lo mismo que sé que le causaría penas… y porque papá siempre me dijo que no dañara a la gente, como solía hacer.
Papá me dijo, que yo me puedo levantar de cualquier divorcio o ruptura, o desencanto, que la escritura lo hace en mí, porque no soy normal, porque estoy en una farándula más silenciosa que la de la televisión.
Y que es ahí, si decido pasar mi vida con alguien normal, que me tendría que olvidar de mi vida farandulera y literaria. Y para mí, eso significaría la muerte emocional y cerebral. Dejar de escribir, de leer, dejarlo por alguien que entre a mi vida…
Por lo pronto, la vida sigue, y yo, recuperándome y resucitando poco a poco.
Papá sabe que no soy normal, me lo dijo, me dijo que soy una persona no normal. Yo le pregunté que si le importaba que no me casara, me dijo que no, que no le importaba, pero me dijo con su carilla tierna de gusanito, que la vida sola es muy difícil.
¿Papá crees que encuentre a alguien que se quede conmigo?
Papá me dijo que sí, si él o ella o eso estuvieran dispuestos/as.
Lo que más me agrada es que sabe que tengo posibilidades en cuanto a las parejas, no importa si es mujer, hombre, mortal, cosa, o inmortal.
Por ahora, sé que estoy destrozada emocionalmente, por ahora sé lo que es vivir muerta…
Pero siempre pasa… porque no soy normal, siempre tengo esa intensidad de vida que de repente sale en un abrir y cerrar de ojos y se queda por una década o dos, hasta que encuentro a alguien que este dispuesto/a…
Le dije quien estaba rondando sobre mis huesitos… la descripción fue: -Mira, es un chico normal, se pone nervioso cuando me ve, tiene un año tras de mí con esa carita que reconozco y que es tan fácil que mi mano entre y tome su corazón de un tajo… no lo hago, por lo mismo que sé que le causaría penas… y porque papá siempre me dijo que no dañara a la gente, como solía hacer.
Papá me dijo, que yo me puedo levantar de cualquier divorcio o ruptura, o desencanto, que la escritura lo hace en mí, porque no soy normal, porque estoy en una farándula más silenciosa que la de la televisión.
Y que es ahí, si decido pasar mi vida con alguien normal, que me tendría que olvidar de mi vida farandulera y literaria. Y para mí, eso significaría la muerte emocional y cerebral. Dejar de escribir, de leer, dejarlo por alguien que entre a mi vida…
Por lo pronto, la vida sigue, y yo, recuperándome y resucitando poco a poco.
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