De regreso a casa no caminé tanto, la lluvia me agradó, el frío en los pies, las manos, el rostro. Caminé de polo a polo, llegué y una buena conversación de esas que solía tener con quienes se va a penas a conocer. Cosas que te hacen pensar y te dice alguien que aun no te conoce, pero ve en tu cara. Lo bueno. Me dio por llorar desde dentro, me dio por caer en la lluvia, me dio por perder la ilusión, me dio por cogerme el frío que ya ni calaba. Y descubrí lo más feo, el sonido más horrendo que pudieron escuchar mis oídos: Aborto.
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