“Si el tiempo no cura nada, sólo lo que ya no es importante”. – Bajé todas las canciones de Bunbury, desde que fuiste a la casa, me lo contagiaste.
“Dime con quien andas, te diré cómo acabas”. – La humillación, es algo aprendido. Le conté tanto, me contó un tanto. Él es así. Analiza todo como una licuadora revuelve las zanahorias cerebrales y luego escupe algo tan neutro, tan alejado de un juicio irracional.
“Y al final te ataré con todas mis fuerzas, mis brazos serán cuerdas al bailar este vals”
- Querétaro, a Querétaro ah, que bueno a Querétaro.
“Nadie sabe lo que sabe” – pediré otro rollo. La verdad es que los rollos del TO-sushi son buenísimos, así doraditos y crujientes. Con un término de lengua y habla, con una caminata de 40 minutos y una noche donde pasa lo que pasa. Nada.
“Sácame de aquí, no me dejes solo, o todo el mundo está loco o Dios es sordo” – Estoy madurando. Coincidí, fue una llamada loca, yo lloraba y ella también. Y a ti te ha pasado con Reyes. Que te involucras con el universo, con la sensibilidad con lo hiper, sin chingaderas de drogas, sino sólo con el espíritu, me atrevo a decir.
“Que no te falte capacidad para discernir el más acá” – que cuando amas, es cuando conoces, que el amor es conocimiento, aunque se escuche de Da Vinci, muy Renacentista y nunca termino de conocer. De enamoramientos e intentos de querer. Que quiero conocer.
“Sino te gustara tanto meterte en líos, si elegirías un camino asfaltado alguna vez, conservarías el sombrero norteño, y la chica triste que te hacía reír” – aunque me quede sola, no más humillaciones, y aunque me quede sola sin pareja, amaré con precaución, ya no daré a lo pendejo, porque no soy una pendeja. Hasta mañana.
Pd. Por cierto, se te ve bien de rojo… al de rojo me lo…
: )
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