Yo le voy a contestar siempre de política, en español cuando quiera, si él llora conmigo y me abraza mientras lloro. Si al año me da la libertad, si...
Miraba los tubos donde se sostiene uno, preferí pararme de puntillas y no abrazarlo, porque no sabía si él quería abrazarme, de regreso, en el último camión me reclamó el hecho de no haberlo tocado, de no haberlo abrazado, de no haberlo besado. Estaba exhausta, estaba con mi malestar de la alergia a la cerveza, estaba destruida por verlo coquetear con E. Se quedó en mi colchón, y lo acompañé a la puerta cuando se fue, era otro, un otro que no me importó cuando se fue, cuando tocó la puerta y regresó.
Un él que no era él. Como él, quien ni cuenta se ha dado.
Yo le voy a enseñar lo que quiera aprender, en español cuando quiera, si él me hace soportable y pasadera ese momento de la vida.
Y no he comido pizza ni dos litros de coca cola, tal vez por eso sigo pensando en ti.
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