1. Empiezo de cero. 0000000000
El chico cara de pez
El chico cara de pez habla. No para de hablar y sus labios se hinchan cada vez más. Habla de la residencia de Hitler y de cómo le gustaría tomar té, mientras admira las fotografías donde Europa se consume en llamas. Escupe mal rollo. Se tensiona si no se le mira con los ojos petrificados y la boca semi abierta haciendo una “o” de admiración. Me gusta el chico cara de pez. Es uno de esos chicos sufridos, que no comprenden el mundo a menos que lo vean en un Atlas. Habla, habla, habla y habla con su boca hinchada de Hitler y la Europa caída.
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