1. A veces quisiera morder hasta el aire. Y de tanto hacerlo, caer rendida de rodillas al suelo y casi morir.
Te han relatado historias de musgos que te cubren el cuerpo. Te has sentado atenta con los ojos grandes y las pestañas llenas de púas, no tratas de cerrar los ojos, porque te arañarás la piel de las mejillas. No has dormido, porque dormir es derramar rojo aliento. Quieres andar, ser ráfaga alevosa, agua sin cause, palabra abrazora, para llegar a tiempo, para llegar cuando de los musgos que te han contado, puedas enterrarte dentro, muy dentro en la húmeda oscuridad de sus entrañas, y dormir, cerrando tus grandes ojos con pestañas de púas, que no te lo han permitido conocer, lo que son los sueños, desde que descubriste que no te gusta sentir el cálido rojo aliento, recorrer tu tersa piel, niña de ojos bellos.
Ve y recoge tu sueño en los musgos que cubrirán tus sueños.
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