¿cuándo fue la última vez que salí con un chico?
1. Debo confesar que no lo sé bien, pero cuando así fue, descubrí que el tema frívolo que me propusieron para la novela, se convirtió en cemento pesado, en esa vista en la que hace tiempo no había pensado, gracias a la psicoanalista E. Kanan.
2. Tuve una cita no cita, en enero. A él, después de no habernos visto en cuatro años, no le dio gusto verme al principio que entré al café casi corriendo por no llegar tarde, yo quería salir con alguien, quería enamorarme. Una charla, de nada personal, películas y demás, chistes que siempre cuento, o conversación ligera, un buen masaje en el sofá del café y quiso volver a verme. El masaje me dolió, tengo mucho estrés...
3. El sexo, me acostumbré, después de haber viajado al extranjero, a hacerlo con un amor, que no nacía del compromiso o la confrontación, sino de la pasión que tengo para mí misma. Sexo plástico, creo yo. Parecido al de televisión, o de los artículos de las revistas rosa: 10 pasos para un orgasmo en la cama, jajaja, o el de tanta sexóloga chafa que no educa y maltrata las mentes de muchas chicas adolescentes, incluso de mi edad, casi treinteñeras con cuestiones de un feminismo sexual, que buscó en su tiempo la derrocación de los falos.
4. Tuvimos otras citas, una en su casa, restaurante, tacos, él es rápido, me sentí como un trapo algunas de esas citas y salí huyendo, enojada, y con la ilusión rota de lo que quiero no era en nada a lo que en ese momento obtuve. No me acosté con él. Solía hacerlo antes, preparar el terreno en el msn es muy fácil para conseguir un placer rápido e instantáneo, tipo maruchan preparado en 3 minutos si se deja en el microondas. Técnicas del msn y de frivolidad siempre las hay: Nick sugestivo, charla amena no más de dos minutos seguidos, insinuación y listo: más tarde nos vemos en un lugar y ya.
5. Más citas, las cuales ya no lo eran, al menos para mí, salí sólo como una amiga, olvidando decírselo. Él no habla, así que yo comí a mis anchas, vi los videos en el televisor del restaurante y miré algunos traseros de los meseros que ya he llegado a conocer, porque he ido seguido, incluso uno inventó una bebida para mí: Nice. Ahí fue cuando vino la idea. Las reglas del juego. Y mi postura ante aquella novela frívola de aventuras sexuales que he estado escribiendo, confrontándola con lo que realmente las chicas queremos: Amor entero y correspondido o como diría Kanan: Sexualidad femenina.
6. Es impresionante los kilos de niñas que he conocido y están heridas, maltratadas, angustiadas, sofocadas, calladas, psycho, inconformes con sus amores y relaciones afectivas ¿por qué? porque quisimos, sin darnos cuenta, ser como ellos, darlo todo sin que ellos nos lo pidieran, concentrarnos en lo que los demás quieren, esa historia larga y que se termina con el clásico: sé tú misma, ¿pero cómo hacerle si en la atmósfera se respira lo contrario? , acudimos a la respuesta de libros como los hombres las prefieren cabronas o chingaderas de esas, demasiada información de cómo atraerlos, o cazarlos para llevarlos presos y sujetos al matrimonio, o bien, que nos digan un te quiero después de hacer el amor o hacerlo sin compromisos preguntándo cuáno los vemos otra vez.
7. Mis personajes femeninos, son chicas con bombas molotov en las manos, espadas y katanas en los cuellos de los hombres, masturbaciones con grandes dildos, de mirada de chica dulce, tierna y abandonada, manos pequeñas y cuerpos redondos, jugosos y tersos, donde cualquier roce de aire del desierto las hacen explotar y enfurecer por grandes orgasmos consecutivos y múltiples. Chicas que han salido de televisón, de samples pornográficos, rudas y alegres, serias y dulces, valientes y comprensivas. Y con la paciencia de una mecha encendida que corre a la pólvora. Mis personajes los he conocido en la vida real, cuando andaba en las calles paseando, cuando hablo por msn y cuando me miro al espejo.
8. Esas chicas existen. Esas chicas que se han vestido de plástico existen y siempre tienen un corazón grande y fuerte en su sexo.
9. Terminé por olvidar mis citas, después que él me ha dicho que me está probando, pensé: ¡qué hueva! Salí luego con alguien más, fue divertido: Ya saben, tumbarnos en el pasto, hacernos cosquillas y dejarlo a la suerte. ¡Qué maravilla!
10. Frívola, 100% frívola. Y eso ya no es lo que quiero expresar, porque de dónde ha salido toda esta educación que yo no soy, que ha jugado con mi fuerza de narradora, las chicas de plástico, mis personajes, también se sienten solas, también quieren decidir por casarse o dejarlo así, saben que se enamoraran muchas veces en la vida, lloran cuando un tipo las llama psycho. Mis personajes en el desenredo de la contradicción se buscan a sí mismas. Tan reales como sus katanas y espadas, tan sinceras y francas como sus deseos, tan panteras y salvajes como sus orgasmos y tan dulces, tiernas y suaves como sus hijos pequeños.
11. Mis chicas plástico, me han enseñado eso: Que no sólo se trata de aventuras sexuales para enfrentar al corazón, que no se trata de seguir el intelecto y las costumbres de una sociedad cuando la edad te alcanza y hay que casarse, que no se trata de gritarles lo pocos huevos que son, si eso de entrada al conocerlos se les ve aun no metiendo la mano en su pantalón, no se trata de mirar hacia afuera, sino hacia adentro, atornillando, equilibrando y sopesando lo que quiero, lo que me gusta, y lo que soy. No me gusta el feminismo exagerado, me agradan demasiado los penes, pero tampoco soy una come troncos para echarmelos todos de un sentón de arriba y abajo y de abajo a arriba. Soy una chica de plástico con sangre en las venas. Que ya no sufre sino la quieren, que se siente bien sola y acompañada por los seres queridos, que el casario si toca, toca, si me gustara alguien para ello, le propondría al verle un interés serio que nos conociéramos, no me gustan los gritos, ni los azotes, me gusta hacer el amor, más que el sexo, pero tampoco me niego, todo depende, y no me siento mejor o peor que cualquier chico. Aveces invito, a veces me agrada que me inviten. Si me llegan con una rosa, no pienso que hicieron algo mal a mis espaldas, los chicos de vez en cuando son soñadores, y qué bueno.12. Mi última cita, ya la recuerdo, fue en Marzo.
13. Sigo escribiendo mi novela.
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