Tuesday, August 12, 2008

¡Puff!
Rachas...
¿Dónde están las bombas molotov cuando se les necesita?
¿Dónde están las espadas y las hachas cuando se les necesia?
¿Dónde están las malas palabras y las serpientes que salen de la garganta cuando se les necesita?
¿Dónde están las silenciosas muertes cuando se les necesita?
¿dónde?
¡Puff!
Rachas...
Diario de una batalla.
Diario de la segunda parte de la batalla...
Me levanto a las 4 am, sin dormir si quiera... me levanto por levantarme, y esto ya está pasando por lo peor...
Querido Diario.
Debo decirte que esta tarde será genial, he comprado artillería pesada para lanzar desde la mampara a toda cabeza que se ponga en el camino, me encuentro un poco adormilada por tanta pastilla del infierno que se me ha recetado, sigo escrbiendo, de la muerte y sus derivados, se concreta en la mera masacre que dejaré esta tarde, hace bonito sol, uno lindo para dejar cantidad de charcos de sangre...
¡puff!
Rachas del mal.
rachitas pedorras.

2 comments:

Chris T.R. said...

Yo por eso duermo con los chacos junto a la cama, porque un día todos los demonios saldrán libres y viviré en la batalla mi propia orgía de rabia.

Y es que es una lástima: me he extirpado el pudor, me he extirpado la culpa hebrea (esa en que uno es aborrecible e indigno desde el nacimiento hasta el epílogo), pero toda la furia suma menos que la extraña mezcla de compasión y desprecio que evita me encomiende al exterminio rampante de mi propia especie.

No sea que un día acerado me tope
con un espurio cualquiera perpetrando injusticia flagrante con plena conciencia, porque bien podría ser que por fin la pasión me arda en enajenamiento y me consuma una, dos, cien criaturas ruines. No se me ocurre nada más gracioso, discordante y catártico.

Comida hindú el sábado a la 1:30, a riesgo de un duelo a muerte tras la sola mención deshonrosa de una excusa. Acquiescĕre, fēmĭna?

María Montelongo said...

Este sábado no hay escusa. te veo el sábadaba, un beso