Thursday, May 29, 2008

Estimado Señor Chorizo.

Le escribo para darle la oportunidad que me hable al chile. Que saque su pito verdadero y me pitorrée todo lo que tenga que decir. Que no se ande con verijadas y penes alternos a los de la verdad que nos está pasando. O ¿qué? ¿Ya se le quedó el pito tan chiquito que no le sale ni la voz? ¿Qué acaso hasta los huevos se le han caído y anda queriendo ser pocos huevos pa’ poder hablarme al chino? Sabe mi estimado señor Chorizo, yo no le deseo ni gonorrea, ni inmundicia en su blando y paciente escroto, pero tiene que ser sincero, pelón, así, y decirme ¿qué pedo? ¿Jala, pica o de plano se quita? Así las cosas, estimado Chorizo, así…

Pd, ya no se ande con jaladas. Y mandemé al Chorizo con elegancia y plena erección.

Atte. La misma historia de siempre.

Esta carta fue inspirada en las contaminadas instalaciones de puerkafón, Teleperformace. Monterrey; México. Y es que ya las mujeres ya no somos brujas vilipendiadas del Medioevo. Somos personas que escuchan y saben hacerlo cuando hay algún Sr. Chorizo que nos interesa y que lo invade el miedo siempre del cochino futuro, ante una reacción psycho que pudiéramos presentar. Nosotras las chicas:
Que tu voz sea escuchada por mi paciente oído, que mi oído siempre está para escucharte.

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