El aire palmeando tu cara, la música de viaje, uno que otro amigo dormido en la parte trasera del auto, el paisaje y lo mejor, el saber que dejas la rutina, el quehacer y los problemas atrás, atrás al salir de Monterrey. Tenía mucho tiempo de no salir de Monterrey, extrañaba, aunque fuera un pequeño paseo, viaje, asomarme a la carretera, volar una parte del viaje, y llegar a las montañas, a un lago o al césped, tírarme un poco a la vida, dormir, reír, platicar, abrazar. Y la fiesta se hizo de tres días y al tercer día vino el descanso. Primer día tacos desvelados, Segundo día papa bills, tercer día bioparque.
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