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Y es la fuerza que te lleva, que te empuja y te llena, que te arrastra y te acerca a Dios, es un sentimiento, casi una obsesión… Ahora sí que me chingue con una cucharada de mi propio chocolate. No puedo pensar, tendría que cuidarme más… No puedo dejar de pensar en su forma engreída de ser, en ese gesto al manejar, en esa risa burlona y desagradable, y lo odio, pero lo quiero seguir viendo, grrrrrr, y es como si mirara y adivinara todos y cada uno de mis puntos débiles, los que me sonrojan de vergüenza, ¡lo odio! Los que me dejan indefensa, ¡lo odio!, ¡lo odio! Por ser tan frío, cuando quiero una mirada, lo odio, porque me hizo pensar en él, lo odio por esta obsesión que se mete, lo odio, porque empieza la primavera y él ya tenía una historia por casualidad en mi vida, ¡lo odio! Por recordar el trayecto a mi casa, lo odio por haber estado en ese preciso momento, lo odio por ser tan raro, lo odio porque tiene la fuerza justa.
Lo odio, simplemente por ser él, lo odio…
Qué es lo que va cegando al amante que va por ahí…
Lo odio, y en lo único que pienso es en lo que va a decir, en la mentada que va a pensar, en lo engreído que será… le dije que me parecía un mamón, contestó mamonamente, me dijo que era una mamona… nos reímos. Chale, lo odio.

1. Me asusta

2. me ingtiga lo que conoce de años atrás

3. sé que corro riesgo (me atrae el riesgo), pero me perturba la idea que el conocimiento lo puede hacer para atacarme o defenderme.

4. es igual que yo, de vale madreeeee. lo odio.

5.me gusta su camioneta, está chida.

6. no me agrada la idea que entre profundo, no me conviene. Estoy bien así...