Es horrible no poder compartir una sonrisa pequeñita, unas manos de algodón, un cuerpecillo de gusanito, y toda la dulzura de un nuestro que crecerá, que hablará, que a veces podrá escucharte porque tarde o temprano llegará a la adolescencia. Es horrible tan sólo pensarlo, cuando aun no pasa. Te voy a contar un cuento…
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