Si me hubiera quedado el esmalte de caca que solía tener, me hubiera arrepentido de haberle conocido, pero ya no lo tengo presente, ese esmalte de mierda que te hace verlo todo tan pútrido y doloroso. La neta, me siento feliz de conocerlo. De que el recuerdo no acabe, su sonrisa en sus dientes que cuida limpiando prácticamente con una servilleta, de manera muy pomposa y educada, de sus tonos que hace chiflados a propósito, de su manera de responder lo que es y no más, de sus abrazos que te disminuyen la respiración, de su fragilidad y fortaleza, de todo él, no me arrepiento de haberlo conocido en una guerra de bolitas. Si yo fuera hombre y él mujer, lo tomaría de la cintura y me quedaría como piedra hasta que el tiempo me rompa. Y no puedo negar de donde vengo de una generación de los ochenta, que me lleno de Candy, Candy, de E. T el extraterrestre, de Remy y toda la paranoia del dolor infantil.
Estoy en 2007, y trato de estarlo.
1 comment:
ven, y vamos a comer pizza, ratita abrazable hermosa
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