Se me escapó Testamento, desde que sentí el amor, así como un reto, así como una constante en la vida diaria, se me durmió la mano para escribir en Testamento, se me enroscó la boca y los dientes se quebraron para no ladrar. Ladro cautiva, en silencio, porque el amor sano aplaca, porque se me fue por responsabilidad parte de mi esencia. Y me quedó sólo la fidelidad. Zaz, ya qué…
1 comment:
Yo, escribo para no enamorarme y me enamoro para no escribir.
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