De los caprichos de mis dedos, puedo contar que en ellos dejo mi peso a la frase que dice que: “a los amigos los cuentas con los dedos de una mano”; a mis dedos les he hecho feliz comiendo con ellos, bacanales de chocolate y pures de papá; a mi dedos, les dejo la dicha de tocar tu rostro cuando te dibujo el amor que tengo, disfruto, debo y siento; a mis dedos les debo que oculten el mismo dolor una y otra vez; a mis dedos, el placer egocentrista; a mis dedos cuando veloces escriben; a mis dedos ahora les falto yo.
No sé como estoy, aunque este mal, no puedo pintarme un dedo.
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