“No dejes de escribir”, me lo dijo hoy el primo Ángel. Y es verdad, aunque en vida muera, en escritura intento vivir. Y esa vida es para atravesar la línea de los ojos, como el duelo intenta atravesarme a mí.
“¿Por qué no vas al Real?” Tal vez algunos piensan que en las montañas me va mejor, yo prefiero el viento salpicado de saliva, de ese aliento, lengua de mar.
Y en momentos no puedo salir, tanto aquí en Monterrey, que he empezado a hacerme plasta del asfalto, carpeta con baches, piedras, agua y sol. Necesito salir.
Agarremos la parranda. Aunque seamos palomas negras. A quienes he invitado, ahí pa’ la otra a los que no, aún hay chance, de irnos este viernes.
“¿Por qué no vas al Real?” Tal vez algunos piensan que en las montañas me va mejor, yo prefiero el viento salpicado de saliva, de ese aliento, lengua de mar.
Y en momentos no puedo salir, tanto aquí en Monterrey, que he empezado a hacerme plasta del asfalto, carpeta con baches, piedras, agua y sol. Necesito salir.
Agarremos la parranda. Aunque seamos palomas negras. A quienes he invitado, ahí pa’ la otra a los que no, aún hay chance, de irnos este viernes.
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