A veces el veneno de rata se unta más fácil en la pieza de pan que en tu espalda. A veces tus labios se encajan en medio de mis muslos, y duele. A veces somos furias invernales, y toco tu granada de mano con mi navaja. A veces, quizá, quizá, quizá veamos miel en la letal amargura.
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