Sunday, January 21, 2007
Si he caìdo en la simpleza de mirar la bolsa de corn pops inflarse en el micro, si he azotado en la simpleza de reírme del resbalón de un chiquillo por la calle o el perro que juega en la avenida con su jauría habitual, si me he cachado en la simpleza de mirar coquetear al ex frente a mí sin tener ni un impulso de celos, si he raído en la simpleza de sacarme la caspa, mocos en pleno trabajo o quedarme dormida entre llamada o chequeo de papeles, si me he estado convirtiendo en la simpleza, en la tipa simple que acepta esta vida monótona y de sin razón. Y es que llegar a Monterrey desde hace más de un año, me ha dopado, me ha mantenido quieta, sin que se me rompa el corazón, sólo quebrantando libido, mirando el pasado en el mero ano, o escribiendo de un drama laboral de cosa ridícula y esperando volver a ver al coquish, a mr Mark, y seres que aprecio. Y es que en este invierno, imaginé caminar como solía por Bathurst o Dupont, sacándole la vuelta a la lujuria disfrazada de amor del Coquish o esperando a mis alumnos de español, y es que hoy ya me cae el 20 de despedirme de la monotonía, porque vuelvo a partir.
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