C. me dijo que dormir abrazado de alguien más es muy chido. La cima del cielo, como Montaner dice en su rolilla de igual nombre. Recordé su aliento, cinco minutos más de sueño, de quedarme así, porque a veces uno en imaginación se siente querido. La sensación de enamoramiento me ha pasado. He vuelto a la realidad, fue un viaje corto; sin embargo largo, porque las cosas suceden por algo, los accidentes no son tan espontáneos como creemos. Y conocí al vikingo del ruta 23 y mamá encontró un gran parecido entre él y C. Ayer por la noche me dijo que si era M vikingo del 23 o C.
¿En qué ciclo estoy?
En el que puedo ver que hay un gran abismo entre mi adolescencia donde yo amaba a C y él ni cuenta se daba.
Me reuno con lo que me gusta y en eso C se encuentra como un buen amigo. La bohemia siempre estará para mí.
Niño, te quiero mucho. Eso no cambia.
Un día, serémos, Dino, tú y yo, en una mesa, recordando viejos tiempos.
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