Y algún día como la Maga le escribió a Rocamadour, algún día podré escribir una carta como una madre. Y ser como mi Argelín Bello. Feliz sean las madres, porque ellas llevan un amor tan distinto.
Mi Andrel Aquiles Gurguri, mi boquita de azúcar, mi bolita garampiñada. Te miro y me siento de azúcar, tan de granitos imperfectos, a veces con tu pureza me siento avergonzada, vuelvo y acaricio mi vientre, esperándote sin que estés aun aquí, anhelo tus ojitos y en cada lágrima los veo, en cada suspiro te oigo hablar con tus redondos cachetitos, y vuelo imaginando tus manitas de algodón, mi boquita de azúcar. Y te veo en Rocamadour, y te veo como la Maga a Rocamadour. Mi boquita de azúcar, mi ombligo, mi niño ombligo mío. Cuánto te quiero.
Mi Andrel Aquiles Gurguri, mi boquita de azúcar, mi bolita garampiñada. Te miro y me siento de azúcar, tan de granitos imperfectos, a veces con tu pureza me siento avergonzada, vuelvo y acaricio mi vientre, esperándote sin que estés aun aquí, anhelo tus ojitos y en cada lágrima los veo, en cada suspiro te oigo hablar con tus redondos cachetitos, y vuelo imaginando tus manitas de algodón, mi boquita de azúcar. Y te veo en Rocamadour, y te veo como la Maga a Rocamadour. Mi boquita de azúcar, mi ombligo, mi niño ombligo mío. Cuánto te quiero.
*Rayuela de Julio Córtazar cap. 32
2 comments:
¡Andrel! ¡Rata! Yo imagino que si mi primer hijo es niño y no niña, se llamará Adriel. Que extraño. Cada vez nos vamos topando con más semejanzas entre nosotras.
Desde mi exilio hasta tu exilio, te quiero.
Sí rata, gracias por tu compañía, te quiero mucho, neta que me he apoyado mucho en tí, eres la única que me manda abrazos y besos. Y eso no se paga con nada, Gracias mi ratita mayor, hermosa. Te quiero. muchas bendiciones oara ti.
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