Dos de mis orejas Suelo sacarme los mocos cuando estoy ebria o tengo mucha calor, embarrunarlos en las piernas, aunque no sean las mías, suelo andar en boxer y abrir la puerta de casa cuando menos espero que alguien más esté en la puerta, y lo que solía era tener dos orejas confesoras, una quien escuchaba la confesión y otra que distraía la verdadera confesión. Dos de esas orejas eran el cuello de una botella y mi amiga Dinorha a quien extraño tanto. Y ahora suelo como antes, salir de Monterrey. |
2 comments:
hola morrita, nada mas pasaba por aqui, te mando una dotaciôn de abrazos, nada mas no me vayas a pegar un moco ehh.
Qué bueno que andas por aquí morrito, ssss, por cierto te mando yo también muchos abrazos y besos. Ya sabes que los mocos quedarían en confianza o ¿prefieres un masaje de pies?
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