Dora me estuvo fregando toda la noche, hasta que le contesté: Ya sé, ya sé, frase regia para decirle que me deje en paz, qué puedo decir. Justifico y digo, es que tenía mucha sed… al final de retorcidas cuentas, ¡qué importa!, si salgo con mi peinado de colegiala, mis coletas decaídas, un pantalón entallado, y un escote de angina a ombligo, qué puede esperar, a que me quede sedienta, sentada en una mesa conversando con los cacahuates, cosa más aburrida, pero que hace costumbre, crujir y crujir cacahuates en la misma muela. Al fin y al cabo, dime ¿cuántas cheves más?, o todavía ¿tienes sed? |
2 comments:
Mientras la cheve sea Indio (bien helodia) todo lo demas vale reverendo cacahuate.
¿ves cómo sí dejo mensajes en tu blog?
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